Las primeras potencias de plata de ley del Cristo de la Expiración

Los archivos de la historia de la Hermandad del Cristo de la Expiración son extraordinarios por el gran volumen de su historia y la grandeza de sus acontecimientos a lo largo de los siglos. El pasado siglo XX, la hermandad decidió renovar la sagrada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, para lo cual se aprobó hacer una nueva imagen e incinerar la anterior, metiendo las cenizas dentro de la actual. De todos es conocido que la junta de gobierno de entonces acordó nombrar al reconocido imaginero Juan Luis Vassallo Parodi, académico numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, para la ejecución de la nueva imagen del Santísimo Cristo de la Expiración.
La historia de esta nueva talla no quedó solo en la ejecución y el autor de la misma, pues también estrenó unas potencias en plata de ley.

Se ha podido descubrir recientemente, en un trabajo de investigación de archivo, la autoría de un juego de potencias de plata sobredorada del Santísimo Cristo de la Expiración, que hasta el día de hoy no se sabía con certeza su autor.

El Santísimo Cristo de la Expiración cuenta con varios juegos de potencias, pero sólo uno fue el que estrenó cuando se hizo la nueva imagen en 1950.

La sorpresa ha sido encontrar que fueron realizadas en 1950, nada más y nada menos, por Fernando Marmolejo Camargo (1915-2006), que fue, además de un excepcional orfebre sevillano del S.XX, académico, maestro mayor del Gremio de Artesanos de Sevilla y artesano ejemplar de España.

Más que conocido, podríamos decir admirado por uno de sus grandes trabajos, sin lugar a dudas, el pequeño palacio que se conforma en el camarín de la Esperanza Macarena de Sevilla (1949-1959), quizás su obra cumbre, un arduo trabajo que tardó 10 años en concluir y que estuvo realizándolo contemporáneamente al encargo de estas potencias para el Santísimo Cristo de la Expiración de Jerez.

Fruto de su amistad con Jose Luis Vassallo, nació el encargo a Fernando Marmolejo para realizar unas potencias acordes a la nueva talla, encargadas y supervisadas por el propio imaginero.